Mi primera impresión es que tenía un exterior bellísimo con jardines de exótica flora y un agradable lago, que rodeaban las tres principales edificaciones. El primer edificio que visité fue la que durante años fungió como antigua hacienda del Ex presidente de México, Antonio López de Santa Ana, quién sin duda pasó agradables días en esta encantadora propiedad y hasta mandó a construir una hermosa capilla en el lugar.
Después de salir encantada con el lugar, me esperaba llevarme una agradable sorpresa en el Museo de Antropología de Xalapa (MAX) y es que, aunque siempre me ha llamado la atención visitar museos, el tour guiado que nos dieron en el lugar fue increíble. En el área sur las dos primeras salas corresponden a la cultura olmeca. Posteriormente tres salas están dedicadas a la cultura del centro, divididas por complejos culturales. Al final se encuentran piezas de la cultura huasteca. ¡Todo es interesantísimo!
Se acercaba la hora de la comida mientras nos dirigíamos al Pueblo Mágico de Coatepec. Degustar la gastronomía del lugar con vista a la plaza principal es un deleite. Reservamos un pequeño espacio para degustar una típica nieve de mantecado, las cuales se venden en el kiosko del parque.
Y qué mejor “digestivo” que una excelente taza de café, en el mismísimo Museo del Café. Si eres amante de esta bebida – y aunque no lo seas- te encantará la pasión con la que te platican el proceso del mismo, concluyendo con una agradable cata.
Llegar a la Cascada de Texolo fue la cereza del pastel, pero antes tuvimos que hacer un poco de caminata en la cual el olor a tierra mojada y el sonido de los pájaros, fueron nuestros principales acompañantes.
No podíamos despedirnos de Xico sin visitar su plaza principal donde se encuentra la Parroquia de Santa María Magdalena, ni tampoco sin ir a dotarnos de exquisito pan tradicional de Xico. Fue la mejor manera de cerrar, lo que a mi gusto es un tour perfecto.