Hoy despertamos con esa emoción que recorre todo cuerpo cuando estás de vacaciones y a punto de conocer lugares nuevos. A las 8:00 a.m. llamaron a la habitación para avisarnos que nuestro Tour había llegado, bajamos casi corriendo y en la puerta del hotel ya nos esperaba Don Marín, quien fue el encargado de guiarnos en este viaje. Subimos a la camioneta y empezamos a despedirnos del Puerto de Veracruz escuchando sones jarochos mientras veíamos el mar y a lo lejos la increíble Isla de los Sacrificios.
Cantando la Bamba seguimos nuestro camino hacia Los Tuxtlas atravesando las llanuras veracruzanas; mientras hacíamos fila en una caseta tuvimos la oportunidad de conocer a un jocoso alvaradeño, con quien comprobamos lo que dicen de la gente de Alvarado, ya sabrán la cantidad de chistes y versos que nos contó; estallando en carcajadas fue imposible no comprarle unos deliciosos bocadillos de jaiba y de jamón con queso para continuar nuestro recorrido con buen sabor de boca, ¡no saben lo buenos que estaban! Les llaman volovanes. Después de un rato llegamos a nuestra primera parada: Santiago Tuxtla, en donde dimos un breve paseo por el centro para encontrarnos con una colosal cabeza Olmeca de 13 toneladas, nos quedamos sin palabras al tenerla en frente, solo nos dedicamos a observarla con muchas preguntas en la cabeza: ¿cómo la habrán hecho? ¿cómo la habrán movido? ¿cuánta historia ha vivido? En fin, era momento de seguir nuestro viaje hacia la segunda parada ahora en San Andrés Tuxtla: La Fábrica de Puros Santa Clara, otro punto emblemático de esta selvática zona de Veracruz. ¿Qué les puedo decir? No soy fumador, pero el olor del tabaco que salía de la fábrica era delicioso. Entramos a conocer cada una de las estaciones del proceso de la elaboración de un puro. ¡Impresionante el arte de las manos trabajadoras mexicanas y ver la precisión y velocidad con la que son elaborados! Nos dio muchísimo orgullo saber que el 80% de su producción es para exportación, y que además han ganado un premio Guiness por el puro mas largo del mundo. No nos quedamos con las ganas de preparar uno y nos pusimos a moler el tabaco para después enrollar un puro. Despedimos a nuestros nuevos amigos y nos llevamos algunos souvenirs para llevar a casa un poco de la experiencia que hasta el momento habíamos vivido. La próxima parada fue escenario de varias películas como Apocalipto, La hija de Moctezuma y otros comerciales. Atravesamos un puente colgante siguiendo el sonido del choque del agua contra las grandes piedras que cada vez se hacía más fuerte. Por fin nos encontramos en la parte superior del famosísimo Salto de Eyipantla
Continuamos rodeando la isla en forma de cocodrilo para encontrarnos con un espectáculo de monos araña. Uno estaba colgado de las ramas como si fuera Tom Cruise en la película “Misión Imposible”, otro enseñándonos el trasero rosado y otro rascándose la cabeza. Es increíble como todos nos quedamos como niños un buen rato viéndolos jugar hasta que el hambre nos regresó a la tierra. Llegamos al restaurante en donde ya nos esperaban con garnachas jarochas, arroz a la tumbada, plátanos fritos, camarones para pelar, mojarra tachogobi (especialidad de Catemaco) y un trío amenizando con canciones nuestra comida, brindamos por el gran día que habíamos pasado y ya imaginarán ¡el atascón que nos dimos! Con el estómago lleno y el corazón contento emprendimos el regreso al Puerto totalmente relajados y ese cansancio delicioso de haber experimentado tantas cosas. Fue un gran día y este Tour nos dejó un gran sabor de boca, recordándonos que lo divertido no es sólo el destino sino también el trayecto y las experiencias que se viven en todo el viaje.