Muchos son los escenarios que fungen como testigos de la historia en México, y centrando nuestra vista en Veracruz, es imposible no señalar en dirección a esta imponente edificación que lleva impregnada 500 años de historia. Sus muros y construcciones fueron testigos silenciosos de innumerables batallas y sucesos históricos que marcaron la historia de todo un País.
Remontándonos a sus orígenes es importante mencionar a Juan de Grijalva, quién junto con sus hombres desembarcan en esta isla alrededor de 1518, precisamente el día del “Santo” de dicho Capitán, es decir; el día de San Juan Bautista, recibiendo inmediatamente éste nombre. La palabra que complementa el título fue otorgada debido a que los españoles encontraron en la Isla, los cuerpos de personas sacrificadas. Al preguntar a los nativos por lo ocurrido en este lugar, se limitaron a decir que habían sido los “Culhuas” como también se les conocía a los “Mexicas”, los españoles al no entender el lenguaje nativo se refirieron al lugar como “Ulúa”. Pasando a la posteridad como San Juan de Ulúa”.
Cabe destacar que anterior a la conquista esta Isla era un santuario dedicado a Tezcatiploca, sin embargo posteriormente fue edificada como fortaleza para defender a Veracruz de los ataques piratas. Su construcción se tardó cerca de 172 años y ya para 1584, el espacio acondicionado se había convertido en una muralla con dos torres, una gran sala de armas, un aljibe y dos mazmorras, un islote protegido con gruesas piezas de artillería, las cuales lo convertían en un verdadero baluarte desde donde se custodiaba efectivamente el acceso al puerto de Veracruz.
Después de consumada la Independencia, la isla y el fuerte; continuaron en poder de los españoles, los cuales acometían con bombardeos ocasionales a las fuerzas del gobierno que se hallaba en tierra. Al cabo de dos años los españoles entregaron la isla el día 23 de septiembre de 1825. En 1838, fue escenario del combate contra la armada francesa en la llamada Guerra de los Pasteles. Nueve años más tarde, durante la invasión norteamericana, nuevamente sus cañones actuaron en defensa de la nación. En 1915, fue sede del poder ejecutivo federal, cuando el Puerto fue ocupado, y más tarde liberado bajo la dirección de Venustiano Carranza quien utilizó al edificio como sede de su gobierno durante algún tiempo, edificando así su residencia presidencial. Actualmente funge como museo, custodiado por el INAH, en cuya visita podrá ver los calabozos llamados “tinajas”, por lo pequeñas y húmedas, debido a que el agua de mar era absorbida por las paredes, formando así estalactitas y estalagmitas. Acervo y patrimonio cultural de todo México,San Juan de Ulúa” y el estado de Veracruz nos espera con innumerables historias y leyendas, percibidas por un espectador quieto a lo largo de la historia, narrándolas con el contorno de sus muros, aguardando por supuesto a ser escuchadas, para todo aquel que guste viajar en el tiempo con sus relatos.
Fue la prisión más temida de México, ya que las torturas y abusos que se efectuaban en contra de los prisioneros, terminaban con sus vidas, de una forma maltrecha y deshonrosa.